jueves, 22 de abril de 2010

Un nuevo fuego

El fuego que yacía latente despierta, han soplado las brasas lo suficiente para lograrlo. Despierta con deseo de quemar, de consumir todo a su paso... Pero está indeciso, sabe que aún está débil, sabe que si libera toda su esencia podría extinguirse en un leve agitar de flamas. Ha de dirigir su ser hacia un ente inflamable, sin importar su naturaleza mientras arda ante su tacto.

Es una llama caprichosa, no quema cualquier cosa. Solo quema con frases intrigantes, palabras sutiles, miradas profundas y gestos sinceros.

Arde con fuerza, con emoción, e incluso con miedo... pero aún así lo único que desea es arder, pues es esa su verdad, es esa su finalidad.